Desde que soy padre me cuestiono muchas más cosas que antes. Supongo que esto será una perogrullada, pero también un comienzo para mi reflexión gastronómica.
¿Por qué a los niños les dan tan mal de comer en los restaurantes?
He podido observar que los menús hechos supuestamente a medida de los niños están compuestos tan sólo de frituras, pastas con salsas industriales o masas congeladas y horneadas de manera rápida e insuficiente.
Los primeros años de vida de una persona son quizá los más importantes para educar el paladar; el niño empieza a diferenciar los salados, dulces, ácidos, etc y a comprender sus mezclas. A una edad de, aproximadamente, cinco años el niño puede comer casi cualquier cosa; además es capaz de diferenciar si le gusta o no y tener unas claras referencias de los sabores y olores. "Esto huele a pescado" o "Esto está demasiado salado" .
Los sabores de nuestra infancia son impagables recuerdos y la forma más inmediata de transportarnos a ella y disfrutar de toda una explosión de imágenes y sensaciones de nuestros primeros años. ¿Quién no ha sentido algo parecido al probar un plato, postre, golosina o helado típico de su infancia? ¿Quién no ha podido ver (y casi tocar) la casa en la que pasó unas vacaciones de verano al mezclar el olor de una playa en una tarde ventosa y el sabor de un polo de menta? (yo los comía de menta) ¿O recordar sus fiestas infantiles al comer un simple sandwich de nocilla?
No podemos consentir que los recuerdos que tengan los niños de ahora sean de boloñesas prefabricadas, pizzas congeladas o nuggets industriales. Debemos intentar que, desde que el pediatra nos lo permita, los niños coman y prueben de todo. Desconfiar y rechazar platos de menús estandarizados "para niños" siempre que podamos.
-Madre / Padre: "El niño comerá también arroz negro, como nosotros"
-Camarero: "¿Pero no es un poco pequeño para comer eso?"
-Madre / Padre: "No si usted lo cocina con cariño y con buenos ingredientes"
Así de simple. así de complicado.
Nuestros hijos se merecen una alimentación sana y variada en la misma proporción.
Si tan sólo es sana será anodina; sin tan sólo es variada puede ser hasta peligrosa. Si hacemos un esfuerzo dejaremos a nuestros hijos la mejor herencia posible: la Cultura... gastronómica en este caso y la Salud. En la medida de nuestras posibilidades debemos intentar que en casa, en los colegios y restaurantes los niños coman siempre sano y variado, y recordar que somos nosotros, los padres, los únicos responsables de que así lo hagan.
En este sentido no puedo evitar el hacer una referencia al cheff ingles Jamie Oliver y a su cruzada por hacer que a los niños se les de una comida más saludable.
En su nuevo proyecto, ahora por los Estados Unidos de América, se le escaparon unas lágrimas de impotencia, al final de un día de rodaje del programa televisivo, al ver que a unos estudiantes de cinco años les daban pizza para la merienda y nuggets para la comida y a las madres les parecía bien.